Monday, April 12, 2010

El despegue del Club Aéreo de Ovalle







Tras años de estar de “capa caída”, como reconoce su actual presidente John Turner García, la agrupación ha vuelto a resurgir con la participación activa de doce socios y la instrucción que llevan adelante cuatro alumnos pilotos. Además, han sumado una intensa labor social y de ayuda a la comunidad, la cual tuvo su mayor expresión en la ayuda que prestaron en la búsqueda de una persona desaparecida.

Durante años aviones de la aerolínea LAN surcaban los cielos de la ciudad de Ovalle para aterrizar en el aeródromo de Tuqui, en un ir y venir constante. Toda esta actividad, que le daba realce a la capital del Limarí, se perdió hace décadas atrás y hoy, como todos sabemos, los aviones de esta empresa no llegan a la zona.
Sin embargo, la actual directiva del Club Aéreo de Ovalle se ha encargado de reflotar la actividad aéreo civil de la ciudad e incluso se han compenetrado de mejor forma con la comunidad, prestado ayuda cuando se requiere en actividades de tipo social o derechamente en una emergencia. El ejemplo más patente de esto último fue la colaboración que prestaron en la búsqueda de una persona que se hallaba desaparecida en la comuna de Monte Patria, la cual logró ser ubicada en forma exitosa.
“Las veces que se ha necesitado de ayuda, nosotros la hemos prestado, por ejemplo ahora que se perdió este señor, nosotros hicimos un rastreo del lugar, sin ningún costo para nadie, sólo el piloto pagó su hora”, explica John Turner, actual presidente del Club Aéreo de Ovalle.
Los clubes aéreos del país cumplieron un rol fundamental con motivo del terremoto y tsunami que afectó a la zona centro sur del país. Ovalle no estuvo ausente detalle Turner, aunque por estos días estos vuelos –que significaban la entrega de alimentos, medicamentos y otros elementos- ya se suspendieron debido a que los caminos ya se encuentran habilitados.
Asimismo, dice Turner, la organización ha desarrollado labores de enseñanza a la comunidad, principalmente a los estudiantes de educación básica, a los menores de los jardines infantiles y a las agrupaciones de boy scouts, a quienes se les muestran loa aviones que poseen en el aeródromo de Tuqui.




FORMACION DE PILOTO

El club posee un Cessna 150 para dos personas, con autonomía de vuelo de tres horas y 30 minutos de vuelo, y otro Cessna 162 con capacidad de cuatro personas y una autonomía de vuelo que varía entre tres y cuatro horas, dependiendo de las condiciones ambientales.
John Turner asumió la presidencia del club el año 2009 y se mantendrá en el cargo hasta el 2011. En la directiva lo acompañan Abdallah Dahda como vicepresidente, Marcelo Rodríguez como tesorero y Hernán Zanforlin como secretario. En la actualidad, existen doce socios y cuatro alumnos pilotos, quienes regularmente asisten a un curso de formación para convertirse en pilotos.
El curso comprende una sección teórica y otra práctica. La teoría se enseña todos los días miércoles desde las 19.30 a las 20.30 horas en el aeródromo las prácticas se efectúan los días sábados a cargo de un instructor proveniente desde La Serena. El horario depende de la cantidad de alumnos que lleguen ese día.

El alumno hace su primer vuelo en solitario a las doce horas de instrucción, precisa Turner, quien recalca que sólo después de cuarenta horas se puede rendir un examen en la Dirección de Aeronáutica Civil y obtener un carné que lo acredita como piloto.
“La prueba práctica se puede rendir de dos formas. Puede ser que venga un instructor de Santiago como puede suceder que el postulante viaje a Santiago para rendir allá su examen”, acota. Además, se debe aprobar un examen teórico que se puede efectuar en la Dirección de Aeronáutica de La Serena.

RESURGIMIENTO

Los socios del club deben cancelar periódicamente una cuota, en la cual se incluye el valor de mantención de las aeronaves. “Nosotros no recibimos la ayuda económica de nadie… por eso estamos al tres y al cuatro”, dice John Turner. Hay que precisar que una hora de vuelo tiene un costo estimado de 60 mil pesos.
Turner agrega que “las cuotas no son muy caras, incluso el club está abierto a la comunidad (…) el interesado en hacer el curso o convertirse en socio piloto se puede contactar con nosotros a través de nuestra página web (http://www.clubaereodeovalle.cl/)”.
El presidente de la organización reconoce que “hubo un tiempo en que el club estuvo de bastante capa caída porque había muy pocos socios, pero a partir del año pasado retomamos las riendas, lo que se sumó a la llegada de un nuevo instructor que le dio mayor movilidad”
Acerca del perfil de los socios, Turner indica que “hay personas de todas las edades” y que “antes éramos sólo más viejos, pero ahora que se están impartiendo cursos de formación hay más jóvenes”.

ABIERTOS A LA SOCIEDAD

Hace un par de meses, el Club de Aéreo de Ovalle volvió a organizar lo que se denomina “Vuelos Populares”, los cuales permiten que las personas a precios módicos tengan acceso a volar en un avión y conocer a la provincia del Limarí, desde el aire. Al respecto, John Turner reconoce que “hace mucho tiempo que no se desarrollaban porque no teníamos los recursos”.
Para esa oportunidad, la organización solicitó la colaboración a otros clubes aéreos como de La Serena, Rancagua y Santiago, los cuales dispusieron de seis aeronaves para que se pudiera llevar a cabo la actividad. Durante la jornada, hubo aviones para 4 y 6 pasajeros.
“Estuvo muy bueno porque la gente estaba esperando estos “Vuelos Populares” porque desde hace muchos años que no habían”, comenta. Asegura que “mucha gente se quedó sin volar porque llegaron muy tarde porque los aviones que venían de afuera a más tardar tenían que irse a las 5 de la tarde y los pilotos estaban cansados”.
Turner explica que “todos los clubes aéreos deben tener lo que se llama un Centro de Mantenimiento, pero nosotros desgraciadamente no tenemos uno, y cuando los aviones necesitan de alguna reparación, se deben enviar a Santiago o tiene que venir un mecánico para que efectúe la reparación acá”. Un simple cambio de aceite, aquí no se puede hacer y debe venir un mecánico de aviación Santiago, debiéndose cancelar todos los costos que implica este traslado, precisa.
Turner cuenta que “afortunadamente, tenemos un buen hangar, así que los aviones están bien custodiados”.


AERÓDROMO TUQUI.

El aeródromo Tuqui es propiedad de la Dirección de Aeronáutica Civil, pero en la actualidad está entregado en concesión al Club Aéreo de Ovalle, entidad que funciona desde el año 1942.
“El aeródromo es de uso público”, explica Turner, quien añade que “cuando una persona hace un vuelo en avión debe confeccionar una planificación, un plan de vuelo, y coordinarse con la dirección (presente en todas las ciudades donde existen aeropuertos) para analizar este plan”.

DESDE PEQUEÑO

Norman Turner se convirtió en el piloto civil con más años de experiencia en nuestro país, hasta su retiro. Llegó a cumplir más de 55 años de vuelo. Es así como desde pequeño, John Turner, hijo de Norman, se familiarizó con los aviones y siguió los pasos de su padre.

LINKS
En Facebook: Buscar Club Aéreo de Ovalle
En Internet: http://www.clubaereodeovalle.cl/

Thursday, April 01, 2010

Fidel Carmona, un sacerdote de pueblo




En la madrugada del pasado martes 29 de marzo falleció en Santiago, quien fuera párroco de Barraza y quien hasta antes de su grave enfermedad se desempeñaba en Monte Patria. Su legado religioso y la cercanía que establecía con la comunidad son los aspectos que más resaltan los que le conocieron y supieron acerca de su entrega al sacerdocio.


Cristian Ardiles era un adolescente cuando conoció al sacerdote Fidel Carmona Espinoza, en el pequeño poblado de Tabalí, en Ovalle y prácticamente de inmediato se percató que este curita -en ese tiempo a cargo de la parroquia de Barraza- era muy distinto. “Era posible verlo con chupalla o ayudando a freír sopaipillas, imágenes que para uno que es de campo son muy impresionantes (…) era muy cercano a la gente, muy de campo y lo sentías como uno más”.
Agrega que “su humildad y carisma me llamaron la atención y, por lo mismo, le pedí que fuera mi padrino de confirmación y aceptó”.
Ardiles, quien en la actualidad es profesor del Colegio Santa María de Ovalle, fue uno de los asistentes a la misa que se ofició en la mañana del pasado miércoles en la parroquia San Vicente Ferrer de Ovalle, donde la comunidad religiosa de la comuna y la provincia tuvo la oportunidad de despedir a los restos del sacerdote, quien falleció en Santiago aquejado de una grave enfermedad.
El maestro, quien dice que acudió por motivación propia junto a una delegación de alumnos del establecimiento educativo, enfatiza que el padre Fidel supo cómo llegar con su mensaje evangelizador hasta las zonas rurales de la provincia.
Esa característica sumada a su incesante capacidad de trabajo y de entrega al servicio de la Iglesia convirtió al sacerdote Fidel Carmona en una persona muy estimada en los distintos lugares donde cumplió funciones sacerdotales.
Carmen López Araya llegó al servicio religioso desde la localidad de Alcones Altos y en cada momento de la misa del miércoles expresó su cariño y gratitud a Carmona. La mujer besó el féretro y entonó un canto a capela para despedir a los restos. Al final, no pudo contener la emoción y estalló en lágrimas. “Yo lo adoro y lo estimo mucho (…) prometo ir a verlo todas las semanas a Vicuña”.
Una vez concluido el oficio religioso, los restos fueron trasladados hasta la parroquia Cristo Resucitado de Tierras Blancas, y de ahí, a la parroquia Inmaculada Concepción de Vicuña. Ahora, descansa en el cementerio de Calingasta.

CARIÑO EN BARRAZA

Fidel Carmona fue párroco de la parroquia Nuestra Señora de Fátima en Barraza, pequeña localidad ubicada a 13 kilómetros de Ovalle, cuando ésta todavía era un poblado desconocido para los habitantes de la región de Coquimbo.

Juan Pizarro lo conoció en esa época y empezó a ayudarle en las distintas actividades ligadas a la Iglesia, labor que sigue cumpliendo todos los domingos. Recuerda que “era una excelente persona y un amigo de todos (…) era capaz de llegar a las casas a conversar a cualquier hora, si había un enfermo los iba a ver, a todos nos sembró la semilla de la evangelización. No tengo palabras para expresar la gracia y dicha que nos dio el haberlo conocido”.

Pizarro añade que el sacerdote no sólo se preocupaba de la parroquia de Barraza sino que también de todas las pequeñas capillas de los pueblos cercanos. Afirma que su labor evangelizadora era incesante y que si él debía visitar un lugar muy temprano, él no dudaba en quedarse a dormir en casa de amigos para acudir al alba del otro día a su nuevo destino. Mientras permaneció en Barraza recorrió Las Amolanas, Los Trigos, La Cebada, El Teniente Alto, El Teniente Bajo, la desembocadura del río, entre muchos otros poblados.

El hombre cuenta que el curita era conciente del valor patrimonial e histórico tanto de la parroquia como del pueblo de Barraza y que se trazó como objetivo potenciar esta área. Es así, como según su relato, el sacerdote se enfocó en la creación de primer museo de la localidad, obteniendo la ayuda de toda la comunidad y de otras vecinas, donde se mantenían objetos con relevancia histórica. “Con él también hicimos los 500 años de evangelización, una celebración única y muy linda (…) las Fiestas Patrias eran también muy marcadas gracias a él”, agrega.

EVANGELIZACION

Consuelo Moreno Valenzuela también estuvo a lado del padre en Barraza y era la encargada de las coordinaciones de actividades como los bautizos, las confirmaciones y las primeras comuniones. “Era un hombre de pueblo, muy alegre y con un gran imán para atraer a la gente, un gran carisma que nos llevó a apoyarlo”, resalta

Moreno indica que el sacerdote estableció un comedor abierto para los menores que asistían a la escuela de Barraza, el cual se mantiene funcionando hasta el día de hoy. Cuando se anunció su traslado desde Barraza, el sacerdote hizo las gestiones necesarias para que este beneficio no se perdiera. Sostuvo reuniones con la Junji y la Junaeb hasta asegurar su continuidad.

Miriam Torres Gárces, habitante de la caleta El Limarí de la desembocadura del río del mismo nombre, recuerda que el padre “fue muy cercano a la comunidad, con las personas, con los niños, (…) él me bautizó a mis niñas, que ahora tienen como veinte años. En mi caleta, se sintió bastante su muerte”.

La mujer precisa que tras su grave enfermedad, “él tenía que irse a descansar” debido a que “fue una persona muy humanitaria, no sólo con nosotros sino que con todas las personas, con todo el mundo”.

Torres indica que el sacerdote “nos visitaba e iba a hacer misa” y que “cuando se trasladó a Vicuña, igual nos iba a visitar, nunca se olvidó de la desembocadura, era su pasión a pesar de que es lugar bastante alejado”.

LA VISION DE LA FAMILIA

Su sobrino Marcos Carmona, junto a su familia, todos provenientes de La Serena, comentó que a pesar de la tristeza que tenemos como familia, sabemos que “ahora está descansando, algo que finalmente los reconforta “porque sabemos que sufrió mucho con su enfermedad”.
Asimismo, destacó que en su familia “conocemos el enorme legado que dejó para la comunidad de Ovalle, Vicuña, La Serena, Tierras Blancas”. Acerca de las muestras de cariño, reconoció que él “era muy querido y la obra que dejo él era muy importante para la Iglesia (…) compartió siempre por las personas de más escasos recursos y creo que por eso será recordado y tan querido”.
“Nosotros vivíamos en otro lado anteriormente, y él era mi tío, él siempre me entregaba consejos y era un guía espiritual para nosotros”.

LA VOZ DE LA IGLESIA

“Gracias por ser mi amigo, gracias por el testimonio de fortaleza, gracias por el testimonio de fidelidad, sigamos unidos en el Señor”, dijo el párroco Juan Carlos Godoy, a cargo de la parroquia de la localidad de Recoleta, durante la misa en honor al padre Fidel Carmona.
Él fue uno de los sacerdotes que concelebró la misa, la cual estuvo a cargo del padre José Luis Flores, vicario foráneo de Limarí y párroco de San Vicente Ferrer.
En tanto, el sacerdote Jaime Oyarzún, actual párroco de Monte Patria, comenta que “fue muy emocionante poder acompañar a este hermano sacerdote (…) a mí correspondió reemplazarlo en la parroquia de Monte Patria debido a su enfermedad. Incluso, antes ya lo había reemplazado en la parroquia de Tierras Blancas, algo lo conocí.
“Es muy emocionante participar de esta misa y comprobar el cariño de esta vicaría, donde él trabajó y donde entregó mucho”, concluyó.

RECUADRO

"Entre Montañas, Epifanías del Alma",
su libro de poemas y anécdotas

En agosto de 2009 y cuando se encontraba en pleno proceso del tratamiento de su enfermedad, el padre Fidel Carmona Espinoza presentó el libro “Entre montañas, epifanías del alma”. A pesar de su delicado estado de salud, Carmona viajó desde Santiago hasta Vicuña para participar de la ceremonia de lanzamiento.
Entre los asistentes se contaba Monseñor Manuel Donoso, el sacerdote Luis Alberto García, el presidente de la Sociedad de Escritores de Chile IV Región, Luis Aguilera; profesores, escritores, poetas y dirigentes de organizaciones culturales; además de una gran cantidad de feligreses, amigos y familiares del padre.
La primera parte del libro, correspondiente al anecdotario, fue presentada por Monseñor Manuel Donoso, quien al término de la actividad comentó que "su anecdotario es muy notable porque el padre Fidel fue siempre muy cercano a la gente, fue un sacerdote muy sencillo que recibía a la gente y les ayudaba a encontrar el sentido profundo de las cosas que le pasaban; y este libro está concebido para eso donde desde la anécdota se va subiendo hasta encontrar el sentido de la vida”.
La profesora María Sonia Estay comentó acerca de la segunda parte del libro, que “son poemas de una gran riqueza lingüística debido a que es un buen conocedor del latín y el griego, como buen teólogo y filósofo. Usa maravillosamente el lenguaje y coloca las palabras justo en el meollo, como lo hacía Gabriela Mistral. El padre Fidel busca, rebusca y encuentra esas expresiones de nuestro idioma tan rico. Todos sus poemas son hermosos y están relacionados con Dios, la naturaleza y el prójimo. Me emociona profundamente el poema "Puedes", donde el padre Fidel hace un encuentro directo con Dios, como lo hizo en sus poemas Gabriela Mistral".
En la oportunidad, el padre Fidel agradeció a Dios por la inspiración otorgada y a todos quienes lo apoyaron en lograr su sueño. "Siempre dije que publicaría mi libro después de, pero hoy me encuentro en el día después desde que recibí el mal diagnóstico de la enfermedad". El sacerdote lucía un traje negro y presentaba una notable baja de peso. En todo momento era acompañado por una religiosa y un religioso.
Debido a su estado de salud no fue permitido a los asistentes el acercarse a él para tomarse fotografías, autografiar el libro o saludarlo.

RECORRIDO SACERDOTAL

El padre Fidel Carmona nació el 24 de septiembre de 1954 en Paihuano, dos días antes que Gabriela Mistral visitara la tierra elquina por última vez. Sus padres fueron Cruz Isolina Espinoza Rivera y Ambrosio Carmona Arias; estudió la secundaria en el Liceo Gregorio Cordovez de La Serena y en el Seminario Mayor Santo Cura de Ars.

Fue ordenado sacerdote el 10 de diciembre de 1989 en la ciudad de Vicuña, ejerciendo su sacerdocio en Tierras Blancas, Barraza, Vicuña y en Monte Patria desde abril de 2008. En esta última parroquia comenzó su lamentable enfermedad.

En Vicuña, gestionó la instalación del Hogar Redes y apoyó con entusiasmo la realización de la Mateada Mistraliana que organizó el municipio en años anteriores ya que era un experto en tomar mate y contar anécdotas.