Tuesday, December 15, 2009

El naipe del octavo distrito











Nueve candidatos aspiran a convertirse en uno de los dos nuevos diputados por este distrito que conforman las comunas de Coquimbo, Ovalle y Río Hurtado. En los últimos meses, ellos hablaron –y a veces demasiado, dirán algunos- dando a conocer sus propuestas e ideas. Durante esta jornada, los candidatos callan y sólo se limitan a esperar. Hoy, usted, tiene la palabra.








Rostros nuevos y otros no tanto. Candidatos avezados y curtidos en estos procesos, y otros que tienen a esta elección parlamentaria como su primera prueba. El naipe es variado y para todos los gustos. Las cartas ya están sobre la mesa. Ahora, el protagonista serán los electores quienes con su sufragio determinarán a los próximos diputados por el Octavo Distrito.

Matías Walker (DC), Daniel Manouchehri (PS), Susana Verdugo (UDI), Adriana Peñafiel (CH1), Felipe Álamo (ex RN), Ana Durruty (ex UDI), Pedro Velásquez (indp), Miguel Alvarado (ex PPD) y Tirso González (PH), son los nombres con los cuales usted –respetado señor votante- se encontrará esta jornada en la papeleta de votación por este distrito, que comprende a las ciudades de Coquimbo, Ovalle y Río Hurtado.

Usted, lápiz grafito negro en mano, deberá marcar una raya, solo una raya, para emitir su preferencia y darle lo que estos hombres y mujeres durante los últimos meses han estado buscando con tanto ahínco: su voto.

La apuesta oficialista

En el Octavo Distrito, la sola elección de los candidatos de cada uno de los conglomerados fue compleja. En la Concertación, la renuncia a una nueva postulación del demócrata cristiano Patricio Walker (uno de los diputados más votados del país) y del socialista Francisco Encina abrieron los apetitos al interior de sus partidos, cuyos militantes más conspicuos se sentían con el derecho de una nominación.

Mientras que en el partido de la falange, el asunto se resolvió casi en familia, cuando Matías Walker (hermano de Patricio) se convirtió en el candidato; en el partido socialista, hubo que esperar varias semanas para que la telenovela llegara a su fin, el que a la postre tuvo muy poco de sorpresa, cuando el líder juvenil y sobrino de Francisco Encina, Daniel Manouchehri, fue designado.

En un principio, tanto Walker y Manouchehri, se comprometieron a emular las jornadas de victorias de la Concertación, augurando un doblaje. Sin embargo, el complejo panorama generado por la gran cantidad de candidatos –nueve- agitó las aguas.

El punto de mayor confrontación entre ambos se produjo recién esta semana, cuando Walker publicó un inserto en medios escritos de la región, advirtiendo que en las actuales condiciones, el doblaje era casi imposible. Manouchehri sintió que las declaraciones eran un velado respaldo a los candidatos de “la derecha” y dijo que había nerviosismo en el comando del falangista y que él se alzaría con la primera mayoría.

Mujeres por el cambio

Como suele suceder en las más cruentas de las batallas, las designaciones de la doctora Susana Verdugo Baraona en la Unión Demócrata Independiente, UDI, y de la ex alcaldesa de La Serena, Adriana Peñafiel, en Chile Primero, dejaron a varios heridos en el camino: la periodista Ana Victoria Durruty, el abogado Felipe Álamo y al empresario Percival Madero.

Desde hace varios meses, que la pediatra ovallina venía trabajando en las bases de su partido para convertirse en la abanderada del gremialismo, hasta que logró su cometido, relegando ni siquiera a la banca de suplentes a Durruty. Un rol relevante tuvo aquí el respaldo que entregó una peso pesado como Evelyn Matthei a la profesional de la medicina, es desmedro de la ex periodista de El Mercurio.

Adriana Peñafiel, una reconocida militante de Renovación Nacional, debió renunciar a dicha tienda y fichar por Chile Primero para ocupar el cupo que, por negociaciones previas, había sido cedido a ese partido. El privilegiado de las bases de RN, el abogado Felipe Álamo, quedó marginado de la competencia, al igual que Percival Madero, quien finalmente se aventuró por el Séptimo Distrito como independiente.

Con Peñafiel surgen varias tesis. Que en Coquimbo, le jugara en contra haber sido la alcaldesa de La Serena y que en Ovalle no es conocida. Sin embargo, su capacidad de gestión debería ser reconocida por el electorado.

El marquismo

El candidato presidencial Marco Enríquez-Ominami tiene claro que si aspira a dirigir los destinos del país, debe tener el apoyo de integrantes del Congreso. Por ello, su comando se encargó de buscar a las mejores cartas para postularlas tanto a la Cámara Baja como al Senado. En el distrito 8, el denominado marquismo tiene sus fichas puestas en el doctor Miguel Angel Alvarado y en Tirso González.

El galeno militó durante años en el Partido por la Democracia, PPD, desafiliándose para competir por la alcaldía de Ovalle el año pasado, elección que perdió frente a la privilegiada de su ex partido, Marta Lobos. Su caudal de votos es incierto. Quizás en Ovalle podría tener un mayor respaldo, considerando que el fue el concejal más votado del país y que cuando aspiró al sillón alcaldicio alcanzó a lo 28,5 sin embargo, en Coquimbo, el panorama no le sería tan favorable.

El ecologista Tirso González es un reconocido agente ambientalista en la ciudad de Coquimbo, donde ha conformado una serie de agrupaciones y organizaciones que apuntan a ese objetivo. En la actualidad, forma parte de la agrupación Ciudadano Regional de Coquimbo, destinada a establecer los derechos ciudadanos que incidan en el desarrollo de los habitantes del puerto a través de proyectos e iniciativas sociales.

Los descolgados

Los descolgados son un fenómeno nacional que amenaza tanto a la Concertación como a la Coalición por el Cambio. En el Octavo Distrito, la periodista Ana Victoria Durruty y el abogado Felipe Álamo hicieron caso omiso de las decisiones de sus partidos, la UDI y RN respectivamente, y siguieron a pie firme con sus aspiraciones parlamentarias y lograron que sus nombres aparezcan en las papeletas de hoy. Ello, no sin antes cumplir algunos requisitos, como fue la recolección de cierta cantidad de adherentes para lograr inscribir sus candidaturas.
Las reglas del juego están claras desde antemano y ellos saben de que es mejor ir dentro de un pacto que fuera de él. Es así como, ambos aparecen en la lista de Chile Limpio, que incluye al Partido Regionalista Independiente (PRI), al Movimiento Amplio Social (MAS) y a Fuerza País.
Los dos profesionales son ovallinos y se han esforzado al máximo para capturar la atención del electorado. Sus mayores esfuerzos estuvieron en la comuna de Coquimbo, sabiendo que allí está el mayor número de votantes del distrito y que en dicha zona, eran menos conocidos.
Ambos, ex militantes de partidos de derecha, les restarían votos a los candidatos de la Coalición por el Cambio, quienes desde hace más de una década que no acceden a un cupo en el distrito, que se ha inclinado por la dupla Walker-Encina.

El factor Velásquez

Pedro Velásquez, ex alcalde de Coquimbo, otrora caudillo de la Democracia Cristiana, hoy se aventura como independiente por un cupo en el Congreso por el Octavo Distrito. Detrás suyo ya no tiene a un séquito de asesores y camaradas de partido, ni a la maquinaria que movilizaba desde la cual fue su casa, durante más de 15 años, la municipalidad del puerto. La realidad actual es otra. Una, donde los recursos escasean y donde se debe privilegiar el contacto con los electores, antes de granes shows en plazas o alamedas. Eso quedará para después.
Según las encuestas que circulan, él si que les hace daño a los candidatos de la Concertación. Quizás el porcentaje no le alcanzaría para llegar a sentarse en un sillón de la Cámara Baja, pero si le permitiría evitar el doblaje del oficialismo.

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